Poco a poco el agua fue sepultando toda la vida de los pobladores de Epecuén. A poco de inundado muchos iban al pueblo sumergido a salvar lo que se podía para reiniciar una nueva etapa. Y Epecuén comenzó a ser una ruina. Los noventa trajeron más agua y taparon hasta con más de 8 metros las calles. Casi todo el mundo se olvidó de Epecuén y de su trágico final, menos sus ex habitantes.